Manos Mojadas
Las manos de mamá siempre estaban mojadas,
en las caricias en
los arreglos de ropa y en los peinados.
Eran manos incansables para mi vista de
pequeña niña. Eran manos fuertes y poderosas, manos que acariciaban, que
abrazaban, esas manos simplemente hablaban del amor que nuestra madre tenía y
tiene aún por nosotros, tres hermanos
que amamos a nuestros padres.
Las manos mojadas de mamá siempre están ocupadas, no logramos nunca hacerlas
descansar; recuerdo a mi papá pidiéndole que se siente a ver una película, o que
simplemente pare un segundo.
Las manos mojadas de mamá son manos de guerra cuando defiende
a su familia, son manos de fuego cuando nos abraza y nos da calor, son manos de
amor en cada mimo y en cada caricia al alma, eran manos de fuerza cuando nos
cargaba por nuestro cansancio de niños, y son manos fuertes ahora cuando
soporta nuestros llantos.
Hoy como mamá veo que esas manos también se cansaban aunque
nunca lo demostraban y estaban mojadas de tanto hacer. Aún hoy cuando puedo
recurro a las manos de mamá y quiero sentir su calor cada día.
El tiempo, las circunstancias, Dios, un combo perfecto, se
encargó de separarnos físicamente con un buen propósito, pero nada pudo romper
ese lazo inquebrantable entre un hijo y su madre.
Hoy, adrede, toco las mejillas de mis hijos con las manos
mojadas en honor a ella MI MAMÁ.
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